Cada rasgo de su rostro celebraba la vida y el tiempo. Y aunque ella ya no podía hablar, sus arrugasMezcala, Jalisco.
Hay que pelear para que el miedo no nos paralice ni nos impida vivir... Mejor ser protagonista que eMezcala, Jalisco.
Con el tiempo no sólo perdieron la cuenta de su edad. Celestina y Román también habían olvidado que Mezcala, Jalisco.