INDIA, DONDE TODO COMENZÓ..
Una de las decisiones más importantes que he tomado, fue vivir unos meses en Calcuta. En los últimos semestres de estudiar la carrera de Comunicación, trabajé y ahorré para irme al otro lado del mundo no solo a descubrir una de la ciudades más fotogénicas, sino redescubrirme también a mi misma.
En el camino perdí entre vuelos mi maleta con todas mis cosas, y llegué a la India únicamente con lo que llevaba en mi backpack: mi primer cámara réflex, una libreta, una pluma y mi pasaporte.
Viví en un barrio musulmán, fui voluntaria con las Hermanas de la Caridad y viajé un mes de mochilazo en tren.
Al contemplar tantas historias llenas de humanidad, reafirmé mi pasión por la fotografía documental y aumentaron mis ganas de retratar a las personas en sus expresiones más auténticas y contar historias reales. Cuando regresé a México no quise dejar de hacerlo, pues estoy convencida que detrás de cada persona siempre hay una buena historia. Historias que nos hacen reír, llorar, pensar, y sobre todo, valorar.
EL EQUIPO
Daniel y yo nos conocimos en la universidad. Él estudió comunicación audiovisual y yo publicidad, y los dos compartimos un gusto enorme por la fotografía. Somos una pareja sencilla y relajada, que disfruta mucho de las pequeñas grandes cosas de la vida. Disfrutamos de la naturaleza, una buena plática y nos volvemos locos al bailar.
Daniel es un increíble cineasta. Al momento de documentar una boda, me encanta trabajar con él como segundo fotógrafo. Para que así a través de dos perspectivas diferentes, la historia esté más completa.
Así en los momentos en los que los novios están separados cada quien cubre a uno; y en los que están juntos, capturamos planos diferentes que se complementan entre sí.